jueves, septiembre 28, 2006

Alejandro Schmidt (Argentina)

Casa en la arena - La vida milagrosa -
Llegado así

De: "Casa en la arena"
ediciones Recovecos, Córdoba (Argentina), agosto de 2006

De la humana palabra

Para siempre. Oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos
Salmos 119.89

A veces se criaban las palabras
como apretados ramos
de aquello que
temprano
fue sentido

atada transparencia
el gozo
conocer

subir a un reino

antes del hueso
obra el alma
serena y ofrecida
a un dios
de lo mejor

pero
¿quién habita el palacio?
¿qué libro amó
su página secreta?

así la penitencia
puso al ser y a sus deseos
entre furtivos de vigilia

arrogante mueca del enigma
para el hombre, el tiempo
en la verdad, los himnos

y el árbol de la vida
ya sombra de vocablos
y todo así
hasta el silencio mismo


sólo de esta palabra

huye el ángel.


El que anda de día, no tropieza, porque
ve la luz de este mundo

Otra vez Jesús les habló diciendo: yo soy la luz del mundo;
el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la
luz de la vida
Juan 8:12

La luz donde reza Katherina Emmerich
y esa luz donde reza Edith Stein
y esa claridad donde el gallo rompe tres veces
y la agria luz de Sobibor y Jajdaneck

todos los muertos volverán
los ojos astillados de penumbra
puedo
buscar la presencia del Señor
cerrar
las tumbas del Deseo y al fin en libertad o más
en servidumbres
¿quién nacerá después en otra oscuridad?

sólo esto amé
humildad
ocapamiento
y una palabra necesaria

salmos
ríos de agua viva
¿desde cuándo
sobre
qué estepa de la sinrazón?
esa luz que llega a mis zapatos como un trompo de
nieve
da el camino.

De: "La vida milagrosa"
ediciones Recovecos, Córdoba (Argentina), agosto de 2005

El predestinado

Con los dedos de punta
me tocó la poesía
me sacudió con repugnancia
y algo de curiosidad.

No digo que llegó a pesarme, medirme
a contarme los ojos
tampoco me abandonó en la calle
con un lápiz rojo y un baúl

¿qué se creerá?
tanta soberbia, todo el día de aquí para allá
con la boca tapada
si después de todo
no la invita nadie
ni llega a ningún lado

me alzó sobre el pozo del mundo
esa señora
y me soltó.


¿Y adónde fue?

Y ese animal que criabas
¿qué fue de él?

lo tenías en el ropero
enjoyado
listo, decías,
para morder

le dabas corazón por alimento
exigía sus coronas
bajo estrellas de cal subía al mundo

¿y adónde fue
y qué compró tu miedo ahora?

tu miedo de perder el empleo
tu miedo de perder la silueta, los zapatos
tu miedo de tu miedo

venden jaguares
gorilas
el perro de San Roque

la calle está repleta de billetes
y ¿cómo enfrentarás estos años
sin tu animal
que volaba y volaba
adentro de la ropa?

De: "Llegado así"
ediciones Recovecos, Córdoba (Argentina), agosto de 2005

Viento de aquí

El oro es seco
el pasto

los amores, los sueños
arden infatigables

presencia de la vaca y la balanza

sople también los hombres de este tiempo
niños de la mirada más blanca de la patria

las junturas de fierro
que parten la ciudad sople.

Traigan la tarde sobre el agua
y sobre ella un pájaro
y arriba
la delicadeza

y alcancen el río los plumerillos, hasta el corazón
de mi cuerpo
y hasta el corazón
del corazón

así podré beber la tierra secreta
de mi casa
en el viento.

Alejandro Schmidt nació en Villa María, Córdoba (Argentina), en 1955. Tiene publicados varios libros y plaquetas. Sus últimos libros de poesía son: Esquina del universo (2001); Oscuras ramas (2003); La vida milagrosa (2005); Llegado así (2005); Casa en la arena (2006).

jueves, septiembre 21, 2006

Jorge Gaitán Durán (Colombia)

Jorge Gaytán Durán

Si mañana despierto

De súbito respira uno mejor y el aire de la primavera
Llega al fondo. Mas sólo ha sido un plazo
Que el sufrimiento concede para que digamos la palabra.
He ganado un día; he tenido el tiempo
En mi boca como un vino.
Suelo buscarme
En la ciudad que pasa como un barco de locos por la noche.
Sólo encuentro un rostro: hombre viejo y sin dientes
A quien la dinastía, el poder, la riqueza, el genio,
Todo le han dado al cabo, salvo la muerte.
Es un enemigo más temible que Dios,
El sueño que puedo ser si mañana despierto
Y sé que vivo.
Mas de súbito el alba
Me cae entre las manos como una naranja roja.


Quiero

Quiero vivir los nombres
que el incendio del mundo ha dado
al cuerpo que los mortales, se disputan:
Roca, joya del ser, memoria, fasto.
Quiero tocar las palabras
con que en vano intenté hurtarte
al duelo de cada día,
estela donde habitaban los dioses,
hoy lisa, espacio para el gesto imposible
que en el mármol fije el alma que nos falta.
No quiero morir sin antes
haberte impuesto como una ciudad entre los hombres,
quiero que seas ante la muerte
el único poema que se escriba en la tierra.


Valle de Cucuta

Toco con mis labios el frutero del día,
pongo con las manos un halcón en el cielo.
Con los ojos levanto un incendio en el cerro.
La querencia del sol me devuelve la vida
La verdad es el valle. El azul es azul.
El árbol colorado es la tierra caliente.
Ninguna cosa tiene simulacro ni duda.

Aquí aprendí a vivir con el vuelo y el río.


Fuente en Cucuta

El rumor de la fuente bajo el cielo
habla con la infancia.
Alrededor
todo convida a la tórrida calma
de la casa: el mismo patio blanco
entre los árboles, la misma siesta
con la oculta cigarra de los días.

Nubes que no veía desde entonces
como la muerte pasan por el agua.

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Jorge Gaytán Duran. Nació en Pamplona, norte de Santander, Colombia, el 12 de febrero de 1925. Realizó los estudios de Derecho en la Universidad Javeriana, regenteada por los jesuitas, y participó, al lado de Jorge Zalamea, en la toma de la Radiodifusora Nacional de Colombia, durante los sucesos del Bogotazo, el 9 de abril de 1948. Vivió en París desde 1950 a 1954, asistiendo a los cursos de filosofía de Merleau-Ponty. A su regreso a Colombia funda la revista MITO y se vincula a varias universidades, como profesor de Humanidades. Traductor y editor, militante político. En todos los campos mantuvo una actitud beligerante e informada. En contra del infinito provincianismo de la vida intelectual colombiana, y de su mediocridad, "más letal que todas las tiranías", Gaytán Durán se esforzó por crear una atmósfera propicia a la reflexión. El 21 de junio de 1962, en un accidente de aviación ocurrido en Pointa-Pitre muere, seis meses después de haber publicado su mejor libro de poesía: Si mañana despierto.
La Obra literaria de Jorge Gaytán Durán fue editada por el Instituto Colombiano de Cultura, Bogotá, en su serie Biblioteca Básica Colombiana. Nº 6, 450 páginas, recopilada y prologada por Pedro Gómez Valderrama, 1975.